viernes, 22 de mayo de 2009

La misma cara y el mismo corazón










Domingo en la tarde, mi mente en vacio,

Mi vida girando alrededor de una respuesta

El silencio del sufrim

iento

inundaba mi alma llenándola de lagrimas,

provocadas por mi abuelito,

quien estaba en el hospital

en cuidados intensivos,

nunca imagine que lo

quisiera tanto.

 

Toda mi familia esperaba turno, 

para observar a aquel hombre 

 con 72 años de vida

Y muchos momentos alegres vividos,

Su elegancia y su inteligencia.

Yo me encontraba sentada en el piso,

Recostada contra la pared

Blanca y fría de los hospitales,

no tenia ganas de entrar a romperme

 el alma dando por hecho su muerte,

Al tener que despedirme,

de alguien a quien amaba tanto,

después de un largo tiempo

decidí entrar, lo vi ahí, 

dando todas sus fuerzas 

para soportar esta enfermedad,

 y a pesar de todo el dolor 

que sentí en ese momento,

me quede por varios minutos 

observando el rostro de mi abuelo

me dio felicidad detenerme y 

observar lo parecidos que somos,

tiene ojos negros, orejas y 

nariz proporcionadas al tamaño de su cara,

tiene unos labios gruesos y rojos, 

tiene cabello liso,

sus dientes y los míos parecen 

cuadros de chicles.

Tiempo después entendí que una de las cosas 

que mas me unía a este viejo 

era el parecido que teníamos,

al realizar este escrito pedía persistencia,

 paciencia y fé,

para que este viejo 

pudieras salir de aquel hospital,

ahora lo único que puedo pedir

 es que descanse en paz.

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